Sector Externo

Más superávit, pero menos exportaciones: frente comercial con más sombras que luces



En agosto, la balanza comercial volvió a ser superavitaria para nuestro país, arrojando un saldo positivo mayor a USD 1.440 millones. De esta forma, se registró un crecimiento de 23% i.a. en relación con el superávit de igual mes de 2019 (USD 1.170 millones). Sin embargo, las buenas noticias terminan acá: la mejora del saldo obedeció íntegramente al desplome de las importaciones (-20,4% i.a., sumando USD 4.940 millones), en tanto las exportaciones se redujeron la mitad (-11,4% i.a., llegando a USD 3.500 millones).

Al desagregar las ventas externas por grandes rubros, se verifica el comportamiento heterogéneo de los últimos meses. Por caso, los envíos de productos primarios treparon 10,2% i.a. en valores, impulsados por la recuperación de las cantidades (+8,8% i.a.). En sentido contrario, las manufacturas de origen agropecuario retrocedieron 12,3% i.a. y las de origen industrial 26,0% i.a. En ambos casos, el rojo se explicó por el deterioro de los volúmenes físicos (-11,6% i.a. y 21,8% i.a., respectivamente).

Aunque siempre las caídas son malas noticias, pensando en las potencialidades de agregado de valor, esta dinámica es preocupante. No obstante, al considerar la crisis brasileña, que viene atenuándose en los últimos meses, y las posibilidades de diversas industrias de operar con protocolos sanitarios –algo que se viene generalizando hace algunos meses- se enciende una luz de esperanza sobre el futuro de esta serie.

Por el lado importador, la caída fue más generalizada: absolutamente todos los usos económicos presentaron caídas y, a excepción de bienes intermedios (-5,1% i.a.), caídas de dos dígitos. En este sentido, resalta el desplome de las piezas y accesorios para bienes de capital (-37,8% i.a.) y de bienes de capital (-23% i.a.), en ambos casos explicado por un mayor retroceso de las cantidades en relación con los precios. En otro orden, el deterioro de los vehículos livianos (-24,5% i.a.) obedece a la falta de certidumbre cambiaria -no se quieren vender bienes dolarizados- en un contexto de depresión del consumo. En último lugar, destacan el retroceso de bienes de consumo (-10% i.a.), atenuado por el aumento en las importaciones de alimentos y bebidas para consumo en el hogar (+50% i.a.).

En otro orden, resalta el crecimiento de 7% en la comparación desestacionalizada de las importaciones. Si bien esta dinámica no refleja con precisión el movimiento de la actividad en general, máxime en un período de inestabilidad cambiaria y rumores sobre un posible endurecimiento del cepo -concretado a mediados de septiembre, aunque no para las operaciones comerciales-, parecería anticipar que la economía continuó recuperándose en agosto.

Con estos números, se observa un saldo de USD 11.000 millones en el acumulado a los primeros ocho meses del año. De esta forma, se verifica un avance de 16% en relación con el superávit de USD 9.500 millones obtenido en igual período del año pasado. Al igual que en el dato mensual, este avance responde a una caída de las importaciones (23,9% i.a.) que más que duplica a la de las exportaciones (-11,8% i.a.). En consecuencia, aunque el resultado neto mejoró, no podemos decir lo mismo del flujo comercial: el mismo retrocedió 17,2% i.a., perforando USD 63.500 millones y ubicándose en el menor valor desde 2009.

De cara al futuro, proyectamos que tanto la caída de las exportaciones como de las importaciones continúe atenuándose. Si bien ninguna de estas variables pasará a terreno positivo en los próximos meses, los desplomes de dos dígitos podrían ir quedando atrás de manera paulatina. En este marco, estimamos que el superávit comercial rozaría USD 18.000 millones en 2020, marcando un incremento cercano al 15% en relación con los USD 16.000 millones de 2019. No obstante, como la mejora obedecería al desplome importador (-20% i.a.), en tanto las exportaciones caerían cerca de la mitad (-11% i.a.), el flujo comercial retrocedería cerca de 15% i.a., una vez más, alcanzando un mínimo desde 2009. Por este motivo, pese al resultado positivo, el frente externo dejará muchas sombras en este 2020.



Ecolatina

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