Empleo e Ingresos

Las mejoras sociales del 1° semestre se revertirán en la segunda mitad del año



¿Empeoraron los indicadores sociales en la primera mitad de 2018?

No, debido a que se observó una menor desigualdad en el ingreso a la vez que se registró una reducción de la pobreza, de acuerdo a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que elabora el INDEC.

Respecto al primer caso, uno de los indicadores más significativos es el Coeficiente de Gini  (un valor menor implica menor desigualdad) del ingreso per cápita familiar de las personas, que fue 0,431 en el 1° Semestre de 2018, por debajo del dato del 1° Semestre de 2017 (0,4325). Por su parte, el 10% más rico de la población percibió un ingreso promedio 18 veces mayor al ingreso promedio del 10% más pobre en la primera mitad de 2018. Esta brecha había sido igual a 20 a lo largo de los primeros seis meses del año pasado.

Por otro lado,  la incidencia de la pobreza se redujo en el 1° Semestre de 2018 (27,3% de las personas) en relación al 1° Semestre de 2017 (28,6% de las personas). Al extrapolar esta proporción al total de la población, se observa que casi 500.000 personas lograron salir de la pobreza en ese período.

¿Qué explica esta menor desigualdad y pobreza?

Esta dinámica respondió a que los miembros de las familias más vulnerables consiguieron más trabajo y mejores ingresos entre el 1° Semestre de 2018 e igual período de 2017.

La masa de ingresos de cualquier familia puede incrementarse por dos vías: un aumento de los ingresos de los miembros que componen la familia o una mayor cantidad de miembros de la familia percibiendo ingresos (principalmente, trabajando). En esta línea, si observamos la evolución de los ingresos individuales, se observa que los mismos crecieron 29,0% i.a. en la primera mitad del año, aunque como se observa en el siguiente gráfico, el incremento fue diferente según decil de ingreso: la mitad de la población más pobre percibió un aumento promedio de 26,5% i.a. (por debajo de una inflación de 27% i.a.) en tanto que la mitad más rica un alza promedio de 29,6% i.a..

Por el contrario, al observar el ingreso per cápita de las familias, se encuentra que los mismos exhibieron un crecimiento mayor en los deciles más bajos de ingreso (35,5% i.a. para la mitad más pobre vs 32,1% i.a. para el resto). La necesidad de recomponer los ingresos ante la caída del poder adquisitivo de las familias de menores recursos parece haber motivado la entrada al mercado laboral de nuevos miembros de las mismas que elevaron los ingresos  contribuyendo a reducir la desigualdad y la pobreza durante la primera mitad de 2018.

¿Es sostenible la mejora en los indicadores sociales?

El hecho de que la cantidad de trabajadores informales que pertenecen a la mitad más pobre de la población haya crecido 6,9% i.a. en el primer semestre de 2018 (la cantidad de trabajadores en negro de la otra mitad creció solo 2,9% i.a.), y que la suba de los salarios de este sector haya alcanzado 27,1% i.a. (por encima del agregado de la economía, 24,8% i.a.) en dicho período no se repetirán en lo que resta del año impide que esta dinámica continúe en la segunda parte del año.

Esto se debe a dos factores. Por un lado, los empleos informales son los que primeros sufren el impacto de la caída de la actividad. Además, en este contexto recesivo, el margen de negociación salarial de estos trabajadores se reduce, por lo que estimamos que no se repetirá una fuerte absorción de trabajadores en el sector informal (de hecho, posiblemente se observe una destrucción de empleo no registrado) percibiendo salarios por encima de la inflación. En consecuencia, las familias de menores ingresos no podrán  recomponer la caída de los ingresos reales en el segundo semestre del año que tendrá lugar como consecuencia de la aceleración inflacionaria.

En definitiva, durante la segunda mitad de 2018 se observará un incremento de la pobreza que vendrá de la mano de un aumento de la desigualdad, revirtiendo el resultado de los primeros seis meses.



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