Política

La profundización de la crisis económica a punto de reconfigurar el escenario electoral



A comienzos de año sosteníamos que, a pesar del contexto económico desfavorable, el Gobierno conservaba expectativas de reelección, producto de la tendencia de recuperación de las expectativas que se habían observado en los indicadores de noviembre-diciembre y sobre la base de dos supuestos:

1) Cristina Kirchner iba a ser candidata, aumentando las chances de que Macri (que sostenía su intención de voto por encima del 30%), debiera disputar la 2da. vuelta con una candidata con alto nivel de rechazo;

2) En el segundo semestre se iba a registrar algún grado de recuperación económica, que podía provocar una sensación de que se había superado la crisis y se comenzaba a transitar un sendero de recuperación.

Sin embargo, casi tres meses después, una inflación que no cedió en el primer trimestre, y una volatilidad cambiaria que obligó al Gobierno a endurecer sus políticas monetarias, han puesto en duda seriamente el segundo supuesto, en un contexto en el que la crisis económica, sino afectó aún la base de apoyo electoral del oficialismo (sigue teniendo hasta marzo una intención de voto superior al 30%), sí ha venido limitando la competitividad del oficialismo en una eventual segunda vuelta. A saber:

  • En marzo de 2018, en un escenario de 2da vuelta, Mauricio Macri obtenía una intención de voto de 49,4% contra un 32,5% de Cristina Kirchner y un 18,1% de indecisos.
  • En marzo de 2019, en un escenario de 2da. vuelta, Mauricio Macri obtenía una intención de voto de 45,5% contra un 44,9% de Cristina Kirchner y un 9,6% de indecisos.

En definitiva, si bien la competitividad del Gobierno para una eventual Elección General no ha observado en los últimos meses demasiados cambios a pesar de la crisis, la competitividad del Gobierno de cara a una 2da. vuelta sí se ha ido limitando, dejando evidencia que de no revertir la situación económica, al oficialismo le costará cada vez más seducir al 20% de electores que necesita para lograr un triunfo en un eventual balotaje.

¿Hacia un escenario de balotaje entre dos opositores?

El debilitamiento de las condiciones de competitividad del Gobierno de cara a un eventual balotaje, incluso en el escenario más favorable para el oficialismo, el de una confrontación con CFK, tarde o temprano podría empezar a afectar su competitividad de cara a una Elección General.

Porque si bien venimos viendo que la crisis pareciera no hacerle mella en los apoyos de su núcleo más duro de adhesión (30-32% de intención de voto), si el Gobierno empezara a tener -por la crisis- dificultades para vencer a Cristina Kirchner en una segunda vuelta (lo que efectivamente viene registrándose), ello podría empujar a esos votantes a buscar otra alternativa que los defienda de un eventual regreso de CFK.

Allí es donde radica el verdadero potencial de una tercer alternativa encarnada por Roberto Lavagna, el peronismo alternativo y el Socialismo de Miguel Lifshitz: transformarse en una aspiradora de desencantados que empiecen a declinar su apoyo al oficialismo y vayan en busca de una mejor opción para defenderse de la verdadera amenaza para ese electorado (un regreso de CFK).

Precisamente por ello es que el Gobierno decidió alterar su estrategia dominante de confrontación con la ex Presidenta -a costa de asumir el costo de posicionarlo más- y salir a criticar públicamente a Roberto Lavagna, el candidato que hoy más amenaza su propia base de apoyos.

Esta potencial reconfiguración del escenario (la migración de votos del oficialismo a otra alternativa), está sujeta a la evolución de la situación económica: una profundización del deterioro económico, podría producir ese reacomodamiento y podría depositarnos ya no en un escenario de 2da vuelta entre Macri y Cristina Kirchner, sino en un escenario de balotaje entre dos opciones opositoras.



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