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La inflación desaceleró en mayo, ¿lo seguirá haciendo?



El IPC Nacional que mide INDEC desaceleró en su registro mensual por primera vez en lo que va del año. En mayo trepó 7,8% mensual, ubicándose 0,6 p.p. por debajo del registro de abril. Asimismo, tras 4 meses se subas por encima de las expectativas del mercado (REM-BCRA), el dato resultó más de 1 p.p. inferior a lo previsto por el consenso de los analistas (9%).

Sin embargo, no cesa el ascenso de la variación interanual, que alcanzó el 114,2%, la mayor velocidad en 32 años (en septiembre 1991 había sido de 115% i.a.). Por su parte, la inflación acumulada en el primer cuatrimestre fue del 42,2%.

La inflación Núcleo -al igual que en abril- evidenció el mismo registro que el Nivel General. Tomando la media móvil de los últimos 3 meses, el IPC Núcleo se ubica en máximos (+7,8%); mostrando la persistencia de una inercia inflacionaria en niveles elevados, incluso pese a la desaceleración observada en el dato de mayo. El IPC Núcleo se utiliza como una aproximación de la tendencia de la inflación, ya que excluye precios con comportamiento estacional o regulados por el gobierno.

En cuanto al resto de las categorías, los Regulados crecieron 9,0%, (+149,1% i.a.), impulsados por los aumentos en tarifas de servicios y transporte públicos. Los Estacionales, por su parte, registraron el menor incremento desde febrero (+6,0% m/m, +149,1% i.a.).

Alimentos y bebidas se ubicaron por debajo del promedio por primera vez en el año

El capítulo registró una variación mensual del 5,8%, 4,4 p.p. por debajo del registro de abril. Aún así, en los primeros cinco meses del año, los alimentos subieron 7 p.p. por encima del Nivel General. Influyó en la desaceleración la caída en Frutas (-3,2%) y un acotado crecimiento en Carnes (+1,5%). Por el contrario, los mayores aumentos se vieron en Azúcar y golosinas (+13,6%), Café, té, yerba y cacao (+10,6%), Pan y cereales (+9,9%), y Leche, productos lácteos y huevos (+9,8%).

A pesar de esta moderación en el rubro,  los productos de consumo masivo siguieron mostrando una velocidad en ascenso: treparon 9,2%, acelerándose por cuarto mes consecutivo y dando cuenta  nuevamente de la ineficacia del programa Precios Justos como política desinflacionaria.

Por último, los capítulos con mayor crecimiento fueron Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (+11,9%) impulsado por la suba de tarifas en servicios de gas y electricidad. Le siguieron Restaurantes y hoteles (9,3%) y Salud (9,0%), traccionado por aumentos en medicamentos y en las cuotas de prepagas. Las divisiones con menor variación fueron Educación (+4,9%), Alimentos y Bebidas (+5,8%) y Comunicación (+6,7%).

Luego de tres meses en rojo, en mayo la tasa de interés real fue positiva

Restándole argumentos al BCRA para volver a subir la tasa en el corto plazo, si tomamos el nivel de la tasa de política monetaria de mediados de mayo (pasó de rendir 7,6% a rendir 8,1% mensual), la tasa real fue positiva en 0,3 p.p. De tomar la tasa al inicio de mayo (7,6%) perdió contra la inflación por 0,2 p.p.

¿Qué esperamos para el resto del año?

En junio impactarán puntualmente los aumentos en electricidad -el ENRE aprobó incrementos del 11% para el Nivel 1 (ingresos altos), 24% para el Nivel 3 (ingresos medios) y 36% para el Nivel 2 (ingresos bajos)-; subtes (+10,5%); colectivos y trenes (+8,6%); prepagas (+5,5%); colegios privados (+11,1% en CABA y 7,5% en la provincia de Buenos Aires); servicio doméstico (+6%); combustibles (+4%); internet, telefonía y cable (+4,5%) y, como viene sucediendo, alquileres (la actualización anual será de 100%).

Pese a todo esto, el cierre de mayo -el IPC Ecolatina desaceleró 1,5 p.p. en la segunda quincena del mes respecto a la primera- y el comienzo de junio indican que la desaceleración continuaría este mes, aunque se habría consolidado un nuevo piso en la zona del 7%.

Más allá de alguna desaceleración puntual, en adelante seguiremos viendo una elevada, persistente e inestable inflación, alimentada por una fuerte inercia, creciente indexación y acortamiento en los plazos de los contratos, junto a la incertidumbre propia de la transición electoral y la falta de anclas, un crawling peg que no podrá despegarse demasiado de la tendencia de los precios y paritarias que ejercerán presión en un año electoral.

Por lo dicho, no esperamos una tendencia sostenida hacia la desaceleración, con un 2023 que tendría un piso de inflación en torno al 135%.



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