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Incipientes brotes



¿Cómo le fue a la industria y la construcción en mayo?

El Indice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) cayó 6,9% i.a. en mayo y acumula un retroceso de 9,8% i.a. en lo que va del año. Sin embargo, creció 0,6% en la medición desestacionalizada, encadenando el segundo avance consecutivo, y volviendo a los niveles de inicio del año.
De todas formas vale destacar, que a excepción de la industria metálica que saltó 3,3% i.a. (gracias a la siderurgia) y la Refinación de Petróleo que subió casi 3% i.a., todos los rubros industriales muestran contracciones. Sin embargo, hay una variabilidad significativa entre las ramas bajo recesión: por ejemplo la producción de Alimentos y Bebidas sólo cedió 1% en relación al mismo mes del año pasado, mientras que la industria textil, del tabaco, automotriz, transporte, equipos electrónicos y muebles todavía registran caídas del orden del 20% i.a.
Por su parte, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) retrocedió 3,4% i.a. durante el cuarto mes del año (-8,9% i.a. en el acumulado) y también mostró una mejora en términos desestacionalizados (+2,3%) cortando el retroceso de casi 4% que acumulaba en los dos meses previos.

¿Qué dinámica se viene dando en 2019 para estos sectores?

 

En el primer bimestre la industria y la construcción mostraban una reactivación. La misma se vio interrumpida en marzo por el regreso de la volatilidad cambiaria, que aceleró la inflación y ocasionó una abrupta suba de la tasa de interés que alcanzó el 70% al cierre del mes. Durante abril, la economía comenzó a sentir el impulso de una cosecha agrícola récord y de una mayor estabilidad cambiaria lograda tras el anuncio del BCRA de que podría intervenir en la Zona de No Intervención.
El mantenimiento de estas condiciones en mayo ayudó a que ambos sectores exhiban las mejoras mencionadas. Si bien la situación sigue siendo delicada (caídas interanuales de casi 10% dan cuenta de ello), el gobierno parece haber encontrado la forma de evitar la profundización del deterioro de los últimos meses, algo que no es menor considerando la situación de la economía. En este sentido, cabe mencionar la implementación de diversas políticas pro-consumo a partir de abril (créditos ANSES y Procrear, Ahora 12), y que al continuar en los próximos meses, pueden dinamizar algunos sectores industriales, especialmente los ligados al consumo masivo y al equipamiento del hogar.

¿Se mantendrá esta tendencia en lo que resta del año?

Considerando que los próximos meses serán los contemporáneos a las elecciones presidenciales, el gobierno posee todos los incentivos para seguir sosteniendo las condiciones que permitieron la mejora de los primeros cinco meses del año (más de 6% para la industria y por encima de 12% para la construcción en términos desestacionalizados). Como el gobierno deberá extremar el pragmatismo (especialmente en lo que concierne a mantener la estabilidad del tipo de cambio) para aumentar sus chances de reelección, ambos sectores continuarían con su reactivación. Esto se dará en tanto no crezca la perspectiva de una victoria de la oposición y la mayor demanda de dólares amenace el poder de fuego del BCRA en el mercado cambiario.
De todos modos, teniendo en cuenta que el salario real crecerá lentamente y la política de tasas reales positivas se mantendrá durante todo 2019, no presenciaremos una expansión muy significativa de la Industria ya que solamente aquellas con mayor potencial exportador y de sustitución de importaciones, podrán alcanzar un repunte de consideración.
Por el lado de la Construcción, la principal esperanza proviene de la iniciativa privada, dado que no se espera un aumento de la obra pública en el ámbito nacional debido a que es fundamental el recorte del gasto de capital para lograr el objetivo fiscal del año. No obstante, sí podría ser un paliativo las pequeñas obras públicas de gobiernos subnacionales en el marco del año electoral. De manera adicional, el reciente anuncio del plan Mejor Hogar Materiales, que contempla descuentos de hasta 50% en la compra de materiales para 35.000 familias de bajos ingresos, contribuirá a la reactivación del sector. Sin embargo, no esperamos que el despegue sea significativo, dado que las altas tasas de interés y la incertidumbre política no juegan a favor de la inversión. Por lo tanto, pese a la estabilidad cambiaria, este sector difícilmente traccionará la economía como en otros años electorales.

 



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