Política

El nuevo gobierno tendría mayoría parlamentaria



El sorprendente resultado que nos dejó las Primarias permite anticipar qué sucederá en el terreno legislativo con el eventual recambio presidencial. De repetirse el resultado en octubre, podrían volver las mayorías legislativas al Congreso luego de 4 años de Gobierno de minoría.
La tarea no será sencilla, porque la unidad que se logró en el terreno electoral habrá que llevarla al recinto de las dos Cámaras, pero si nos guiamos por los antecedentes, no es una tarea difícil cuando gobierna el peronismo: desde 1983 a la actualidad, salvo en una pequeña ventana entre 2009 y 2001, el peronismo nunca gobernó en minoría.
El camino a la unidad legislativa no será automático para Alberto Fernández. Más allá de la unidad que mostró el Frente de Todos, habrá que agregar algo de homogeneidad legislativa una vez finalizado el proceso electoral. De lograr los acuerdos que proyectamos logrará, podría tener un interbloque de 127 diputados de base.
Por el lado opositor, los espacios que hoy integran Cambiemos podrían estar conservando un bloque superior a los 100 miembros, pero deberán reconstruir una relación que, de sobrevenir una derrota, quedará dañada entre los socios. En todo caso, habrá incentivos para reconstruir la unidad y conservar cierto poder legislativo. También en el terreno opositor, el espacio que lidera Roberto Lavagna podría conformar un bloque de 8 diputados, quienes pudieran ser útiles, si por circunstancias extraordinarias, el oficialismo necesitara votos.

Entre los personajes clave del Congreso que viene (asumiendo al Frente de Todos como el próximo gobierno), destacan por el lado del oficialismo dos ex candidatos a Presidente: Agustín Rossi, seguramente Jefe de Bloque del oficialismo y Sergio Massa, posiblemente el Presidente de la Cámara de Diputados. Por el lado de la futura oposición las figuras que destacarán seguramente serán Christian Ritondo, primer candidato a diputado por Juntos por el Cambio en la Provincia de Buenos Aires y hombre de confianza de Vidal y Alfredo Cornejo actual Presidente de la UCR, espacio que buscará reconstruirse luego de la salida del poder frente a una derrota de Macri.
Finalmente, por el lado del peronismo no oficialista, la continuidad de Graciela Camaño seguramente le dará un lugar destacado en el bloque de legisladores que ingresen de la mano de Roberto Lavagna, junto a Marco Lavagna, si es que finalmente logra ser reelecto en octubre próximo.
La situación de Alberto Fernández en el Senado también es auspiciosa en materia de mayorías. De confirmarse el triunfo del Frente de Todos, también el peronismo tendría mayoría en el Senado, que estará presidido por Cristina Fernández de Kirchner, que incluso tendría una situación más holgada: 40 serían los senadores que el oficialismo juntaría entre los Senadores que responden a los Gobernadores aliados, los que responden a Cristina Kirchner y los que ingresarán de la mano del triunfo del Frente de Todos.
Sin lugar a dudas, el personaje clave de la Cámara de Senadores será Cristina Kirchner: Lleva 10 años ocupando una banca en la Cámara alta y le tocará, por primera vez, sentarse en el estrado presidencial y conducir el recinto, privilegio que le cabe a los vicepresidentes. Será un rol que la restringirá políticamente, ya que en este nuevo rol no podrá asumir posiciones políticas en los debates, pero indudablemente le dará un lugar destacado en el mapa de poder del Senado.
Luego de 18 años ininterrumpidos, Miguel Ángel Pichetto dejará de ser el Presidente del bloque de Senadores peronistas, dejando su lugar al Senador por Córdoba, Carlos Caserio, quien seguramente tendrá un rol destacado en un bloque oficialista que responda a un Poder Ejecutivo conducido por Alberto Fernández. Igual de importante podrá ser el rol que cumpla José Mayans, quizás el Senador con más experiencia y conocimiento sobre la práctica legislativa y algún representante de Cristina Kirchner, como puede ser Mariano Recalde.

Independientemente de ello, probablemente en el Senado se manifieste una puja entre los Senadores que responden a los Gobernadores y los que responden al poder de la vicepresidenta a la hora de definir los roles en el bloque oficialista. En todo caso, esta pelea en el Senado será un buen indicador para dimensionar hasta qué punto Alberto Fernández podrá tener cierta autonomía de su electora (CFK), o enfrentará algún nivel de dependencia o condicionamiento por no controlar la disciplina de los bloques de legisladores oficialista en el Congreso.



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