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Chile: resistiendo los embates de la incertidumbre externa



La economía chilena acumula un crecimiento de 4,7% en los primeros cinco meses del año, la inflación se ubica en 2,5% en los doce meses a junio, la tasa de desempleo abierta llegó a 7% en mayo, la perspectiva de déficit fiscal, de acuerdo al gobierno, se ha revisado a la baja a 1,7% y la tasa de política monetaria se mantiene en 2,5% desde mayo de 2017. La variable de ajuste que ha permitido absorber el deterioro en el escenario externo: aumento de tasas por parte de la Reserva Federal, baja reciente en el precio del cobre, inicio de una guerra comercial entre Estados Unidos y la mayor parte del resto del mundo, deterioro de expectativas sobre la economía mundial, mayor incertidumbre e incremento en el valor internacional del dólar, ha sido el tipo de cambio. Dada la credibilidad que mantiene el Banco Central, le es posible permitir amplias fluctuaciones en el tipo de cambio que absorben los shocks externos con escaso impacto en las tasas de interés internas o la actividad, aunque sí en la inflación que, de todas maneras, permanece anclada en torno de la meta de tres por ciento.

Si bien el tipo de cambio está casi uno por ciento por debajo de su nivel de julio del año pasado, ha subido casi nueve por ciento respecto de abril, lo que revela su amplia volatilidad en períodos breves de tiempo lo que, aunque puede ser complejo para quienes realizan operaciones en moneda extranjera, resulta positivo para la estabilidad de la economía en general. Adicionalmente, la recuperación en el precio del cobre entre julio del año pasado y junio del actual (después ha bajado considerablemente) y la recuperación general de las exportaciones, ha permitido, pese al fuerte aumento en el precio del petróleo, cuyo consumo es casi un cien por ciento importado, incrementar el superávit comercial a su nivel más alto desde fines de 2011 y, al mismo tiempo, contribuir a evitar que el déficit en la cuenta corriente exceda un 2% del PIB. Esto sumado a las fuertes inversiones de los fondos de pensiones en el exterior (además de otras inversiones) permite tener estabilizadores automáticos que aíslan, parcialmente por cierto, a la economía de los shocks que se producen en el exterior.

En el escenario descrito se ha producido una recuperación esencialmente cíclica de la actividad, que permitirá alcanzar un crecimiento de 4% o algo más este año, más que duplicando el resultado del año pasado y, en realidad, más que duplicando el promedio de los cuatro años anteriores. Sin embargo, la recuperación de la inversión ha sido insuficiente hasta ahora y de no adquirir mayor dinamismo en el segundo semestre del año, lo más probable es que se produzca una desaceleración en 2019, sobre todo considerando que el escenario externo será menos favorable que este año.

Adicionalmente, si bien el mercado del trabajo se está comportando de acuerdo a lo esperado, es decir, sin que todavía se observe una mejoría en la calidad del empleo, el menor crecimiento de las remuneraciones, que revela una mayor debilidad en el mercado laboral, puede llegar a afectar la recuperación del consumo lo que, en último término, se reflejaría en el crecimiento. La tendencia ascendente de la inflación contribuirá a este proceso.



Gemines (Alianza LAECO)

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