Finanzas Públicas

A pesar de la aceleración del gasto, el déficit primario continúa en niveles de 2018



¿Cómo fue el desempeño fiscal en agosto?

En el octavo mes del año, el Sector Público Nacional no Financiero (SPNF) tuvo un déficit primario de ARS 125.000 M (0,3% del PBI) y un desbalance financiero de más de ARS 190.000 M (0,4% del Producto). Estos resultados son similares a los de igual mes del año pasado, cuando todavía había grandes montos de desembolsos de programas para paliar la pandemia. En este caso, se alcanzaron saldos negativos de proporciones similares incluso a pesar del registro de ARS 22.900 M del aporte de las grandes fortunas. Así, se observa una aceleración de la ejecución del gasto primario, en línea con el incremento de transferencias tras el mal resultado electoral.

De cualquier manera, gracias a la prudencia observada en los primeros meses del año y a la consecución de recursos extraordinarios (aporte de las grandes fortunas y retenciones impulsadas por muy buenos términos de intercambio), los resultados acumulados continúan mostrando una mejoría muy significativa en comparación con 2020. El déficit primario de los primeros ocho meses del año fue de ARS 430.000 M (1,0% del PBI) y el rojo financiero fue de ARS 870.000 M (2,0% del PBI). De este modo, la reducción en comparación con igual lapso del año pasado es de 3,1 p.p. y 3,5 p.p. del Producto, respectivamente.

 

¿Qué explicó esta evolución?

El dato a destacar de las cuentas fiscales en el último mes fue la aceleración en la ejecución de gastos primarios. Esta trepó 9% i.a. en términos reales, mostrando el mayor avance del año. La suba estuvo compuesta por un alza de 7% i.a. en el gasto corriente primario y un salto de 48% i.a. en las erogaciones de capital, siempre descontando el avance de los precios. Mientras que las subas en los gastos de capital fueron una constante a lo largo del 2021, la mejoría de los gastos corrientes marca un quiebre con la historia reciente, ya que esta marca se había ubicado en terreno negativo en los seis meses previos. Este cambio de signo estuvo vinculado al pago de un bono de ARS 5.000 a jubilados y pensionados y el adelanto del complemento a beneficiarios de la AUH, que suele cobrarse a fin de año. Por otra parte, los subsidios crecieron 132% i.a. deflactado por el congelamiento tarifario, los gastos de funcionamiento subieron 27% i.a. real, mayormente por la adquisición de vacunas, y las transferencias a Provincias avanzaron 13% i.a. en términos reales.

Por parte de los ingresos, se sigue verificando una mejoría, ya que crecieron 12% i.a. en términos reales. Si no contempláramos el aporte de las grandes fortunas, la suba habría sido de 9% i.a. real, por el mayor nivel de actividad y la mejora de precios que impulsa las retenciones. De este modo, los recursos ya alcanzaron el nivel de agosto de 2019 (-0,3% real), aunque todavía se ubican 3% por debajo en términos reales si no incluimos el aporte extraordinario.

¿Qué esperamos para lo que viene?

El incremento de las transferencias que redundó en un crecimiento del gasto fue una política deliberada con el fin de fortalecer la recuperación económica de cara a las elecciones de noviembre. En este sentido, esperamos que el reciente anuncio de nuevas medidas siga elevando las erogaciones. Hasta el momento, ya se comunicó un salto del SMVM (al que están vinculadas algunas prestaciones como el Potenciar Trabajo) y un nuevo bono a jubilados en octubre, a los que podrían sumarse aumentos adicionales de la AUH y otras prestaciones, un retorno del IFE y recortes impositivos. De esta manera, creemos que el déficit primario continuará su camino ascendente.

Sin embargo, también se anunció que los DEGs recibidos del FMI se registrarían como ingreso sobre la línea en septiembre. Este recurso alcanza a compensar todo el desbalance operativo anual acumulado hasta agosto. Así, el déficit anual coincidirá con el rojo que se genere en los últimos cuatro meses del año (omitiendo el cómputo de los DEGs). Por más expansivas que sean las medidas que se tomen, encontramos muy difícil que el saldo negativo resulte de 4,0% del PBI en un cuatrimestre. El proyecto de ley de Presupuesto apunta a este monto, pero no considera el ingreso de los DEGs y contempla un gasto de capital muy elevado, que probablemente no alcance a realizarse.

En definitiva, estimamos que el rojo anual podría ubicarse en torno al 3% del PBI en 2021.



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