Actividad

2023 con recesión menor a la esperada, ¿2024 con caída mayor?



El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró una contracción de -4,5% i.a. en diciembre. Además, la economía mostró una merma mensual significativa (-3,1% en la medición desestacionalizada), siendo la más pronunciada desde la pandemia. Asimismo, INDEC realizó una corrección de la serie hacia atrás, derivando en una mayor retracción de la actividad que la registrada hasta un mes atrás.

Los datos adelantados de actividad económica muestran que la recesión se profundizó a inicios de 2024. Así, estimamos que la contracción de la actividad económica sea considerablemente mayor en términos interanuales en enero en contraste a lo observado en diciembre.

Tras la corrección realizada por INDEC, ajustamos a la baja nuestra proyección para el nivel de actividad de 2024, que mostraría una contracción promedio del 3,5% en el año. En términos de componentes de la demanda agregada de la economía, veremos a exportaciones recuperándose, impulsadas por el rebote de la cosecha agrícola, en conjunto a una demanda interna (consumo privado, consumo público e inversión productiva) que se verá notablemente deteriorada.

Diciembre: cierre del año con fuerte deterioro en la actividad

El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró en diciembre una contracción de -4,5% i.a. Además, la economía también mostró una merma mensual significativa (-3,1% en la medición desestacionalizada), siendo la más pronunciada desde la pandemia.

La fuerte caída de la actividad económica fue consecuencia del impacto del salto en el tipo de cambio oficial (+118%) sobre los precios que tuvo lugar días después de la asunción del nuevo gobierno, induciendo una marcada aceleración de la inflación que terminó por consolidar una caída en la actividad más profunda que la observada en los meses anteriores. La dinámica recesiva estuvo explicada principalmente por la incidencia que tuvo sobre la demanda interna el severo deterioro de los ingresos reales (la inflación ascendió al 25% mensual en diciembre, en contraste a salarios registrados que subieron en torno a 9%).

En términos sectoriales, tanto los Bienes (-5,4% i.a.) como los Servicios (-2,1% i.a.) exhibieron caídas en términos interanuales, un desempeño disímil al registrado durante el resto del año, cuando los Servicios lograron mostrar crecimientos frente a un año atrás en todos los meses.

Dentro de los sectores productores de Bienes, la contracción fue liderada por la Industria (-11,9% i.a.), Electricidad, gas y agua (-11,9% i.a.) y la Construcción (-5,2% i.a.), afectados por el deterioro en la demanda interna. A contramano, el sector primario se caracterizó por un buen desempeño, donde el sector agropecuario mostró un crecimiento en el mes (+8,1% i.a.), traccionado por la mejora en la cosecha de trigo, lo que le permitió acumular tres meses consecutivos de mejoras. Por su parte, Oil & gas (+6,2% i.a.) siguió enseñando un buen dinamismo.

Por otro lado, cabe destacar que los Servicios cayeron por la profundización de la contracción del sector de Comercio (-8,5% i.a.), que aumentó considerablemente respecto a la observada en noviembre (-1,0% i.a.), en un contexto de aceleración del deterioro del consumo privado. A diferencia, los sectores que continuaron con su trayectoria positiva fueron principalmente los caracterizados como no transables, como Enseñanza (+2,5% i.a.), Servicios sociales y personales (+2,2% i.a.) y Actividades inmobiliarias (+0,4% i.a.). Además, Transporte y comunicaciones (+0,4% i.a.) se mantuvo relativamente estable, ayudado por el buen desempeño del sector primario.

Con el dato de diciembre, el PIB habría caído -1,6% i.a. en promedio de 2023 -los datos oficiales se publicarán el próximo mes-. De todas maneras, al igual que fuimos mencionando a lo largo del año, la contracción se explicó principalmente por la incidencia de la sequía sobre distintos sectores (el sector agropecuario cayó -20,4% i.a. en el promedio del 2023), y, descontando el desempeño de este sector, el PIB se habría mostrado estable respecto al año anterior (+0,4% i.a.). En este sentido, también existió un desempeño heterogéneo al contrastar entre Bienes y Servicios: los primeros retrocedieron -4,6% i.a. en el promedio del año, mientras que los segundos se expandieron 0,8% i.a.

Ahora bien, en términos per cápita -descontando el crecimiento poblacional-, podemos estimar que el PIB habría caído en torno al -2,5% en el promedio de 2023. En este sentido, sin contar 2020 y 2021 -afectados por la pandemia-, el PIB per cápita de 2023 se ubicaría como el más bajo desde 2009.

 Los indicadores de actividad auguran una profundización de la caída en enero

 Los datos adelantados de actividad económica muestran que la recesión se profundizó a inicios del 2024. Así, estimamos que la contracción de la actividad económica sea considerablemente mayor en términos interanuales en el mes de enero en contraste a lo observado en diciembre.

En este sentido, todas las estadísticas sectoriales relevadas mostraron una contracción en el primer mes del 2024, y la mayoría profundizó la caída en contraste a lo sucedido en diciembre. Las ramas más afectadas son las vinculadas a sectores productores de Bienes – industria, construcción-. Además, a diferencia de diciembre, donde dentro del comercio los indicadores mostraron señales mixtas, en enero la contracción se dio de manera generalizada e incluso con caídas de dos dígitos.

 Perspectivas 2024: ¿corrección a la baja?

 Como resultado de los últimos datos, donde se vio una contracción pronunciada en diciembre en conjunto a una significativa corrección negativa de la serie hacia atrás por parte de INDEC (el crecimiento acumulado a noviembre pasó de +0,1% a -0,8%), observamos un cambio en el arrastre estadístico para este año: paso de -0,4 p.p. a -0,9 p.p. En otras palabras, esto implica que, si el nivel de actividad se mantuviese constante durante todo el año, el PIB mostraría aun así una contracción de -0,9% en el promedio de 2024.

Además, se suma el hecho de que los indicadores adelantados de actividad económica muestran una marcada recesión en el primer mes del año, y la incógnita es qué tan rápido la economía podrá recuperarse. En este marco, estimamos que el nivel de actividad mostraría una contracción en el promedio del año en torno al -3,5% i.a.

A lo largo de los primeros meses del año transitaremos el periodo con caídas más pronunciadas en la actividad económica. En términos de componentes de la demanda, veremos a exportaciones mejorando su dinámica respecto a un año atrás, habiendo dejado atrás la pésima cosecha agrícola del ciclo pasado; en conjunto a una demanda interna (consumo privado, consumo público e inversión productiva) que se verá notablemente deteriorada.

Además, seguiremos observando un desempeño disímil en términos sectoriales, al igual que al cierre del 2023. Las medidas orientadas a desregular la economía, sumado al incremento (al menos temporal) de la competitividad cambiaria harán que los sectores mayormente vinculados al mercado externo tengan un desempeño más favorable y amortigüen (parcialmente) la caída en la demanda interna. Ejemplos de estos sectores son el agropecuario, Oil & Gas, minería, automotriz, entre otros. A diferencia, ramas asociadas al consumo y la demanda interna mostrarán cifras negativas (industria en general, construcción, comercio, entre otras); en un contexto de fuerte deterioro del ingreso disponible de los hogares.



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